martes, 19 de mayo de 2009

Los aztecas

Sentí sobre mí la pesada mirada del profesor, entonces salí de mi letargo para darme cuenta que me señalaba con su dedo y me llamaba para pasar al frente. No pude haber sentido mas temor. Yo que me había arrebujado tratando de ocultarme para que no me llamara al frente del salón sólo había conseguido llamar su atención.
Ahora era mi turno de pararme frente a todos y tratar de responder a una pregunta cuya respuesta de seguro no conocía pues no había tocado los libros de historia en toda la noche por estar embebido en las estrellas que dibujaban su propia historia en los cielos. De seguro sacaría un enorme cero como premio a mi pereza y falta de aplicación en el estudio.
-Vamos a ver -dijo el profesor-, ¿que me puedes decir acerca de la historia de los aztecas?
No sé cómo pero empecé a hablar. Era como si supiera todo acerca de los aztecas, desde su partida de las tierras de Aztlán hasta su asentamiento en el gran lago de Tenochtitlán donde erigieron su magnifica ciudad flotante bajo el dominio de Azcapotzalco para luego convertirse en un eficiente imperio militar que fortalecieron mediante alianzas con los señoríos de Texcoco y Tacuba.
El profesor no podía creerlo, yo mismo no podía creerlo. Sólo respondió a mi exposición con una simple frase:
-Muy bien, tienes la nota mas alta. Puedes volver a tu asiento, Moctezuma.

1 comentario:

  1. Muy bien!Cuántas cosas tiene para contarnos Moctezuma...! Y nos conviene escucharlo atentamente.

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